octubre 8, 2016

Decanato Tequila

PBRO. LUCIO MARTÍNEZ PELLICO (DECANO)

Nuestro decanato llamado Tequila es uno de los dos de la sierra de Zongolica de habla Náhuatl, que equivale al 60 por ciento del territorio diocesano. Lleva el nombre de Tequila por el pueblo, parroquia y municipio más antiguo y además por ser el lugar más céntrico geográficamente de lo que comprende el territorio decanal.Es un decanato con gran riqueza cultural en usos y costumbres, ritos, vestimenta, tradiciones, gastronomía y lengua náhuatl, con una religiosidad profunda centrada en las mayordomías; con productos propios del clima frío y cálido templado: maíz, frijol, haba, papa, lenteja, avena, chícharo, manzana, pera, ciruela, durazno y papa extranjera, café, plátano, guayaba, limón, naranja, chinenes, jinicuiles, floricultura, bosques maderables de ocote y encino para leña y carbón.Son doce municipios los que integran dicho decanato a saber: Tehuipango, Astazinga, Xoxocotla, Tlaquilpa, Atlahuilco, Tequila, San Andrés Tenejapan, Tlilapan, Rafael Delgado, Magdalena, Soledad Atzompa y parte de Camerino Z. Mendoza. En estos municipios se encuentran siete parroquias y una rectoría que son: Santiago Apóstol en Tehuipango, Santa María Magdalena en Tlaquilpa, San Pedro Apóstol en Tequila, Santiago Apóstol en Tlilapan, San Juan Bautista del Río en Rafael Delgado, Santo Cristo en Atzompa de Soledad Atzompa, San Francisco de Asís, Necoxtla en Camerino Z. Mendoza y la Rectoría de San Martín Obispo en Atlahuilco.

Estas ocho demarcaciones eclesiásticas son atendidas por ocho sacerdotes párrocos y un vicario, abarcando a los doce municipios que hacen un territorio aprox. de 531,95 km2, con 94,363 habitantes, según el censo del INEGI del 2010. El náhuatl es la lengua madre en todos estos municipios y parroquias, pero por las escuelas, las canciones, la Televisión y la Iglesia, ya muchos entienden el español, principalmente en la zona media y baja y sobre todo la población joven.

A lo largo de la historia de nuestro decanato han habido párrocos como Luis Herrera Melo, Félix Vázquez, Salomón Lemus, Bernardo Reyes, Porfirio Méndez, Isidoro Tehuintle entre otros, que han puesto todo su empeño en impulsar una pastoral indígena y en ocasiones mal comprendidos por las autoridades eclesiásticas. Muchos de estos esfuerzos se han olvidado y se han dejado perder.

Actualmente tenemos algunos sacerdotes que están poniendo todo su empeño en aplicar el sueño del Concilio Vaticano II impulsando trabajos de inculturación y sin descuidar la Doctrina del Catecismo de la Iglesia Católica. Quedan aún vestigios de una Iglesia Colonialista que se esmeraba en occidentalizar a los indígenas o que simplemente no les interesaba trabajar con ellos. Es triste ver que en varias parroquias casi ha desaparecido la Pastoral de las Mayordomías y su organización propia como los Fiscales, Topiles, Tenientes y muchas de las instituciones tradicionales y comunitarias sin hacer un mínimo esfuerzo por entenderlas y recupéralas y que incluso se han empeñado por aniquilarlas porque no van con su idea de iglesia o porque no las entienden. En algunos casos hay agentes de pastoral que no tienen ningún interés en aprender el idioma y entender las costumbres. La poca sensibilidad por la pastoral indígena, el escaso interés de algunos sacerdotes y de autoridades eclesiásticas que no hablan la lengua náhuatl y que no entienden las costumbres de los pueblos indígenas, la falta de vocaciones sacerdotales y religiosas indígenas, la falta de una Verdadera pastoral indígena en nuestra diócesis y algunos territorios parroquiales extensos han llevado el trabajo pastoral a un estancamiento y al bombardeo y fortalecimiento de los grupos sectarios que desde la década de los 80’s dieron inicio en casi todas las parroquias, y que actualmente no estén funcionando como debiera ser las distintas pastorales.

Nuestro decanato es una Iglesia muy pobre en vocaciones, falta aplicar la visión pastoral de Vaticano II, Puebla, Aparecida, etc. El empeño de nuestro decanato en impulsar una pastoral indígena es una fortaleza y una bendición para todas nuestras parroquias. Hace falta que todos en nuestra diócesis tengamos conciencia para entender y atender la pastoral indígena que es gran parte del territorio diocesano y riqueza cultural. Las comunidades indígenas, que conforman los Decanatos de Tequila y Zongolica, es una población con una mística profunda, fuertemente religiosa por naturaleza y que están hambrientos y sedientos de Dios, su participación en la Vida parroquial es ejemplar y motivadora, pero hace falta por parte de nosotros los agentes una pastoral de inclusión, participación y comunión